jueves, 12 de septiembre de 2013

FACTURAS Y FACTURAS, AMENAZAS SOTERRADAS

Llego de vacaciones y tengo el buzón lleno de facturas y publicidad. Vuelvo a mirar y ninguna postal de amigos o parientes contándome como les ha ido el verano o donde han estado. La verdad es que yo tampoco he mandado ninguna.

Así, según pasa la vida, me gustan menos algunos humanos, sobre todo los que nos ofrecen o dan alguna clase de servicio, con factura incluida, o dando soluciones maravillosas para ahorranos el poco dinero que tenemos o donde invertirlo.

Por cierto, hablando de facturas, las compañias de suministros te cobran y si nos les pagas empiezan a amenazarte soterradamente: "Si no paga le suspendemos el servicio, recuerde que tendrá que pagar antes de tal día, sino atengase a las consecuencias". Así una y otra vez, algunas veces incluso por deudas ridìculas. Tan ridículo que se gastan más en mensajitos, cartas  que lo que es la deuda en sí.

Incluso en las compañías teléfonicas rozan el ridículo cuando la operadora te salta con "le oigo lejos" o "no le escucho bien". Pues deme usted buena cobertura y luego exija.

Más ejemplos, los banqueros salen diciendo que tienen que proteger a sus accionistas y tienen que controlar bien los créditos que dan. Hace unos años no se andaban con tantos requisitos cuando concedían créditos a diestro y siniestro, entonces sus accionistas no les preocupaban.

Como decía mi padre: "Si debes mil pesetas tienes un problema con el banco, pero si le debes mil millones el banco tiene un problema contigo"

Si a los banqueros españoles sólo se les permitiera sacar beneficio de lo que es en realidad el negocio mercantil, coge dinero a bajo interés y prestalo a un interés más alto, sería otro cantar. Claro, no tendrían comisiones por mantenimiento de cuentas, esto es el absurdo más absurdo tengo que pagar por tener mi dinero en un banco, por tarjetas, etcétera, etcétera. Comisiones y más comisiones.

Yo entiendo que tiene que ganar dinero, pero haciendo su trabajo bien, el problema es que parecen más bancarios que banqueros. Un banquero asume riesgos, pero no echa la culpa a los demás de sus errores.

 Aunque quede claro que prefiero mil veces más el sistema capitalista que cualquier otro. Pero no un capitalismo salvaje.

Yo necesito al banco cuando no tengo dinero y necesito financiarme. Si tengo, no le necesito para nada.

O cuando te cobran por sacar tu propio dinero. En fin, no me gustan los humanos y los que tienen alguna clase de poder mal utilizado menos.


Continuará, ya que no he leído todas las facturas, y la publicidad va directamente al archivo general.

No me extraña que mi perro sea como es y no les gusten los humanos.